AÑO SACERDOTAL

I


Acaba de clausurarse el "Año Sacerdotal" y todos se felicitan por su éxito. El Papa amonesta  suavemente a los sacerdotes, recordándoles su misión; procura -parece- inyectarles savia de responsabilidad y decoro, tras los últimos escándalos.

...Y tras ello, uno contempla el panorama, que prosigue sin cambiar y se ha vuelto monocorde y cansino.
El paisaje espiritual, donde Dios quiso mirarse y que los hombres lo miraran, está falto de luz, de perspectiva. Es una calle con muro al final, que confiere al viandante el sentido de "cerrado".

 No sé si sabré expresar estas cosas, si mi lenguaje será comprensible y diáfano. Me gustaría... Desearía dejarme entender, que ya me parece un punto casi inaccesible en estos momentos.

 A veces lo que parece obvio, no lo es; y si lo es, tal vez no es conveniente . Parece que lo constituido por algunos hombres no admite "cambio alguno"; ninguna injerencia; describiéndose gastado en sí mismo, de tanto propulsarse, sin ninguna creatividad.

Así debió hallar Jesucristo a su pueblo, y a las autoridades religiosas de entonces, conectadas al pasado, sin querer evolucionar en modo mínimo. Por supuesto, perdida ya la frescura del primer impulso, cuando Moisés; olvidada la pureza de la corriente profética, y de todas las virtudes que coronaban la historia de aquel pueblo como pueblo de Dios...

Venido Cristo, como uno más a Israel, halló lo que el ser humano engendra siempre: ambición; vanidad; intolerancia; monotonía por falta de decisión para acoger lo nuevo y en definitiva anquilosamiento, que agrisaba el paisaje del espíritu, confiriéndole a ser un conjunto de normas, emanadas de la ley, que habían de seguirse se entendieran o no, fueran justas o injustas, convenientes o inconvenientes, pero que desde luego salvaguardaban perfectamente los pilares de poder que el sanedrín, y en él el Sumo Sacerdote, trataban  de mantener incólume.

Aquellos hombres, podían haber pasado bajo aquellos preceptos generación tras generación, sin optar a propiciar ningún cambio, y siendo que eran estirpe de Abrahán, siervos de Moisés y descendencia de David, en definitiva PUEBLO DE DIOS, vivían un vivir semejante al de otros pueblos paganos, sea que en su fe, o en el concepto de ella, se sintiesen diferentes.

Pero sucedió algo insólito. En el decir de S. Pablo: "locura para los paganos y escándalo para los judíos". Dios, el Todopoderoso, se hizo carne en la persona de su Hijo, y descendió a la tierra, para insertarse a lo terreno, siendo uno de nosotros. Cristo, Enmanuel; el rostro humano del Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, habitó entre nosotros.

Conocemos de sobra el trato que recibió en "su pueblo". Los evangelios narran todas sus bondades, su virtud, sus prodigios, todo cuanto realizó en tan sólo tres años de vida pública. Conocemos lo que nos enseñó, y su Ser, como su Vida, han sido y son el FUNDAMENTO de la nuestra y de toda su proyección en adelante.
Conocemos -sin cansarnos de repetirlo- lo inagotable de su Palabra. Su fidelidad a las PROMESAS; la MISIÓN que realizó y la que encargó realizar en su Nombre. Y todavía, contemplamos con estremecimiento su ENTREGA hasta el martirio en la Cruz.

Nosotros hemos recibido su legado, su voluntad, sus razones todas y su Espíritu, de modo, que a partir de su resurrección, lo que emergió fue precisamente todo lo que aquellos judíos que "decían creer en Dios"; que "aseguraban obedecer sus promesas" y "vigilaban celosos la ley" fundamentados a su cumplimiento, HABÍAN PERMANECIDO RECHAZANDO, sin percartase de LA NOVEDAD que contenía. Sin ser capaces de INTUÍR, ni por bondad, ni por fe, la llegada del MESÍAS; y en peor modo SU ESTANCIA ENTRE ELLOS.

Estuvo Cristo PRESENTE, siéndoles contemporáneo, sin que su "cegazón" les permitiera ver lo que veían. Y muchos porque "lo veían", en modo peor, lo rechazaban. 

Parece que me contradigo. Pero es que hay una ceguera cierta en todos los hombres, semejante a la que tuvo "el ciego de nacimiento". Y otra ceguera -de peor fondo, porque es pecado o lo entraña, pues viene de la mano de la tentación- que es aquella que poseían los fariseos que viendo el milagro de Jesús sobre el ciego, trataban por todo medio de negarlo en su ser, y daban todo tipo de argumentos para apartar la EVIDENCIA MISMA. 
Cristo los desarticula diciéndoles:

"Yo he venido a este mundo para que los que no ven vean, y los que ven se queden ciegos."

Entonces, estos que "ven, pero no quieren reconocerlo", le preguntan tendenciosos:

"¿Somos también nosotros ciegos?" Jesús les dijo: "Si fuéseis ciegos no tendríais culpa; pero como decís que veis, seguís en pecado." 
  
Eran culpables en su parcialidad, en su injusticia, en su elección de la mentira, prefiriéndola y apagando por ello la VERDAD. Eran "agentes de injusticias" y "sepulcros abiertos", por ello consumaron la traición, y ejercieron contra Dios y contra Cristo, el desacato. 
...Y por su causa, Cristo sacrificado siendo INOCENTE, les arrebató el TEMPLO SANTO. El Padre los apartó de sus designios, hasta que se arrepintieran  de todos los daños cometidos y  reconocieran "al que traspasaron".

La Iglesia, pueblo de Dios, surgió precisamente en Cristo, vinculada a los que "sí creyeron" y "siguen creyendo"...
Predicando el evangelio, según requirió de Ella Jesucristo, ha permanecido desde entonces, a través de los siglos y los años.

En la actualidad, tras la clausura del evento "sacerdotal" prosigue un camino que ya deviene inacabable. Y se vuelve para ella, tan utópico, como debía ser para los judíos el advenimiento del Mesías. 

¿Por qué..? Como aquellos fariseos, ESTOS no reconocen NADA que no provenga de sí mismos. Al igual que aquellos eran incapaces de admitir a Cristo, que puesto delante, obraba maravillas que todos contemplaban y eran evidentes, los sacerdotes de estos tiempos, carecen de olfato para el hecho divino, y de vista, para contemplar su PRESENCIA.

...Si se les explica, NO LO CREEN. Con arrogancia, en muchos casos, como aquellos, tratan de prevalecer en su doctrina, que aunque emanada de lo que entienden como fe, no puede (no DEBE) entrar en colisión con Dios mismo.

Aquellos no entendieron su declive; no fueron conscientes de su soberbia; probados por Dios, para ser testigos del JUSTO, se convirtieron en "sus acusadores y verdugos" y LO CRUCIFICARON.

Estos no pueden matarlo ya, pero RECHAZAN SU PRESENCIA, por lo mismo que aquellos, pues viéndola, DENIEGAN el HECHO, conociendo que todas las referencias que reciben son de Cristo, las SILENCIAN y OCULTAN, y con ello LO ENTIERRAN DE NUEVO.

Puede parecer que exagero, ello porque visten muy bien el escaparate, con el que se asoman al mundo, proclamando a Jesucristo, como si vivieran con Él y así quisieran estar. Hablan de Él a todas horas, aducen propósitos encomiables, pero NO LE PERMITEN ACERCARSE, en estos momentos que se presenta y les aborda a CREER en "cosas Nuevas", que son los ÚLTIMOS CUMPLIMIENTOS. 

Quince años de NEGACIÓN continuada, desmienten estos modos falaces, con los que se confunde, en efecto este pueblo y toda la cristiandad. Incluso los demás, en la consideración de que esta Iglesia jerarca LO SANTIFICA Y LO AMA.

Como los judíos poderosos de entonces, también los jerarcas modernos, en estos tiempos, desconocen a Dios, sea que a todas horas lo nombren, ignorando a Jesucristo. Cada vez están más ciegos, pues se cumple lo que Cristo dijo: "Yo he venido para que los que no ven vean y los que ven se queden ciegos.

...Y es que una cosa es "ver" al modo que dicen ver los hombres (pocos hay que reconozcan su incapacidad para ello; por el contrario la mayor parte se jacta de saber "ver" sobradamente), y otra muy distinta es "ver" a la manera de Jesucristo.

Mirar como Cristo mira ha de hacerse desde SU MODO DE SER y desde SU PERSPECTIVA, no desde la nuestra.

Esto no suelen entenderlo muchos (la Iglesia actual, no), porque quieren ser de Cristo pero "a su manera", según sus arbitrios, sin afrontar la transformación previa; una transformación que sólo se realizará sustituyendo lo nuestro por LO DE CRISTO.


...Esto implica "renuncia" (un modo paulatino de dejar de ser "nosotros", para pasar a dejar que "Cristo sea en nosotros"). Esta renuncia requiere "pérdida" de lo que somos o tenemos, para surgir renacidos ( en "nacimiento nuevo") que dice Jesús a Nicodemo.


La Iglesia lo dice, lo sabe, lo estudia o lo analiza cuando conviene y lo exige a los que podrían optar a la categoría de "santos", pero no lo vive en sí, como con la NECESIDAD DE LO PRECISO.


Debieran entenderlo como si aire u oxígeno, sin el cual sobreviene la asfixia. Todavía entienden "la santidad" como una excepción, no asumible por todos, ni tampoco precisa. Si bien llaman "santos"  a la mayoría acusando en su gesto un modo de liberalidad, injustificada, porque es verdad que este pueblo está lejos aún de la transformación que lo santifica; por ello no ha de ser  tan extensivo y tolerante el grado de "bondad" que se presume, porque en tal caso lo que se hace es desvirtuar el verdadero sentido de " lo perfecto" que es la meta o el horizonte hacia el que cada miembro de este Cuerpo, ha de mirar.  Lo cual no es un handicap tampoco, ni siquiera algo imposible.

(Pero es además una falacia porque si todos los que conforman el Cuerpo místico de Cristo, son "santos", ¿cómo es que hay tan pocos que quieren saber de Él, ahora que se lo muestro? ¿Seré tal vez yo, la que sobro en este concierto, por venir con Él de la mano? ¡Estas son cosas difíciles de entender!)


Pero suceden porque los teólogos modernos han dejado de percibir hace tiempo lo que S. Pablo percibía, y lo que han percibido otros, sí ornados de santidad. Y ello es a Jesucristo. Lo tratan como un asíduo al que desconocen en modo fundamental. Se llaman "sus seguidores" pero lo perdieron de vista hace mucho tiempo; y ahora que REGRESA y AVISA SU LLEGADA no lo quieren contemplar. Esta es la situación que vivimos en la Iglesia, donde los que gobiernan, al frente el Papa, bifurcan sensiblemente, del camino por el que Cristo AHORA va.


La perfección no es una utopía a la que quiso Jesús someternos. Y si alguno lo entiende así, se equivoca. 
Es un estado de ser tan natural y tan asequible, como pueda serlo el modo imperfecto en el que nos hallamos viviendo. 
Por ejemplificar el concepto, usaré una metafóra que podemos reconocer desde lo que llamamos "ciencia ficción". Vivimos dentro del mundo, asumidos por él, y atrapados en un vivir "no pleno", porque se termina, porque es mortal y por ello  efímero. 

Vivir "lo perfecto", (hacer hueco en nuestro vivir a Cristo "el hombre perfecto", nos lleva a transformarnos progresivamente en su Ser o identidad, como se transforman los elementos físicos que conocemos, que cambian de estado, o como los seres que en la ciencia ficción, cambian de dimensión, y comienzan a vivir en unos parámetros NUEVOS.)


Esta TRANSFORMACIÓN nunca será posible por sólo hablar de Cristo como suelen hacer los consagrados y la mayoría de los fieles. Insertarse a Cristo ha de ser VERDAD; la persona ha de querer y desear esa unión y transformación plena, la cual no se producirá por "lo que dice otro", sino por lo que cada cual con su conducta ofrece a Cristo en MODO VOLUNTARIO y único con su amor.


El Papa habla con bellas palabras y cuidados discursos, que sólo son  eso. No contienen esencia porque están privados de LA VERDAD ESENCIAL. Si él mismo consintiera CONVERTIRSE, y reconociera a Jesucristo que está Presente y le habla, los fieles hallarían en verdad ESTE CAUCE que él mantiene cerrado;  y que se constituye  "impedimento", como lo que es indebido.  (¿?)


Da la impresión de que no le conviene abrir la PUERTA. Pero Quien está tras ella es Nuestro Señor, que se ha hecho Presente, y está queriendo conducir a su pueblo hacia sus designios últimos. El Papa lo sabe, está informado. Todo se le ha estado notificando, pero por el momento prefiere seguir manteniendo al pueblo engarzado a la rutina, a lo aprendido con anterioridad. El tejido social del Templo, lo prefiere sosegado, dócil, hecho a la cómoda gobernabilidad por la que él quiere conducirlo, nada más.

Cristo, ya lo sabemos es Alguien que no pasa inadvertido; aquellos lo llamaron "alborotador". Y cierto es que todo lo trastoca; todo lo anquilosado lo saca de "su lugar", para concederle un acento nuevo, que sin Él nunca tendría. Cristo es adalid que concede LIBERTAD y enciende este soplo divino en el hombre que lo sigue, de modo que éste pierde el temor, para pasar a defender SU JUSTICIA, enfrentándose a todo y a todos...


Muy lejos de Cristo está esta Iglesia acomodada a servir como ONG, sin otro alcance, y sometida ya a todo poder terreno y a todo imperativo humano, incluido el de CALLAR.


...Y como aquellos judíos, que incapaces de seguir al "Maestro" que "se nombraba a sí mismo hijo de Dios, prefirieron aborrecerle, porque no podían "callarlo ni en su Palabra,  ni en sus hechos", y no podían contradecirlo, ni vencerle, en esta Iglesia (unos pocos, que ostentan el poder y toman las decisiones en la actualidad), han preferido DEJAR DE LADO LA LUZ  y a Cristo que la trae. Han preferido SILENCIAR  su PRESENCIA, sus ganas inmensas de purificarlo todo, en catarsis NUEVA que haga emerger  a este pueblo en una FE que sea ansia, destello, llama...


Ellos, como si fueran los dueños, actúan sin que el pueblo tenga conocimiento de lo que SUCEDE y SEGUIRÁ SUCEDIENDO, aquello que sus tácticas ocultistas, no lograrán impedir, a su pesar...


Preguntése el creyente, si ha oído al Papa mencionar que Cristo está hablándonos desde hace casi quince años, y está Presente, manifestando su Ser para que todos LE CONOZCAN.

No lo hace, ¿verdad? Se asusta en considerar que "algo se modifique allí donde ejerce él su dominio". Algo, que ya él no lograse controlar, porque LO ENCIENDE OTRO. El totalmente OTRO,  que abre para la Iglesia en estos tiempos últimos UNA TRAYECTORIA NUEVA dotándola de creación que no está inserta en los libros conocidos; que no puede el Papa enseñar porque tendría que aprenderla él mismo, y no APRENDE porque tampoco la ACEPTA.

Pero de este modo apaga la LUZ y falta a la VERDAD que nuestro Señor REVELA para estos tiempos. Una LUZ mayor que esta Iglesia. Una VERDAD que servirá de fundamento a la Iglesia NUEVA, cuando se convierta. (Porque serán desechados los incrédulos, como fueron desechados los judíos que quisieron prevalecer ellos y su poder, por encima de Jesucristo).


Cristo no quiere que su pueblo permanezca atrapado en el pasado. Lo que realizó Él cuando vino de primeras es tan sólo una parte importantísima en la "historia de la salvación", pero no es "la historia completa".


Cristo es ALFA y  OMEGA, y hemos de aprender a llamar: "ALFA"  al tiempo que ocupa su Primera Venida, como hombre; lo que ha venido creyendo y estableciendo la Iglesia. Pero no podemos quedarnos ahí como si estuviera todo hecho; como si con la resurrección de Cristo y lo que ellos realizan en el culto, ya estuviera todo acabado.No podemos permanecer encerrados en una FE extinta, que da por terminados todos los recursos de la revelación y del Poder que Dios tiene para manifestarse.


AHORA el Señor muestra con quien está enviando, lo que SUCEDERÁ y ya ha comenzado. Porque viene Él a su Templo y lo acrisolará, para que sea digno. Estamos en un nuevo trayecto de "la historia de la salvación", lo "OMEGA", esto es: lo último ya. Y en este tiempo se cumplirán cosas tales como "La segunda Venida del Señor" "El juicio"  "El establecimiento del Reino".


De ninguna de estas cosas habla la Iglesia, el Papa, los consagrados, que acaban de celebrar -yo no sé en base a qué- un año sacerdotal... Porque se supone que quienes hicieron tales votos, a Jesucristo los ofrecieron y por su seguimiento, si bien según lo que describo en todos mis libros e Informes, este seguimiento está absolutamente postpuesto en la actualidad.


La obediencia del sacerdote, se realiza HOY hacia el Papa (y así es como él la reclama), pero NO LE CONVIENE a él -no sé por qué-  abrir esta puerta, o así parece, según la postura que adopta. Así, los sacerdotes parece que nada o poco tengan que ver con Jesucristo, porque si el Papa "no lo contempla", ellos tampoco le hacen el NECESARIO hueco, como bien he podido comprobar
En verdad no es esta la Iglesia que le rinde honor y gloria al Señor resucitado. Esta Iglesia de celebraciones pomposas, eslóganes y escaparates, y encuentros multitudinarios, MARGINA a Jesús, y lo desestima, ESTANDO PRESENTE.


Un "AÑO SACERDOTAL" que semeja a los modos del sanedrín, cuando estando Cristo delante, se reunían y hacían proyectos, para  ESTORBARLE, para CALLARLO y evitar que siguiera influyendo en las masas conduciéndolas por donde  no iban ellos... 


...Porque todos los buenos propósitos que se han publicado y se han escrito desde este evento, ¿hacia quien miran? ¿Hacia Cristo? ¿A cuál? Hacia Cristo OMEGA, NO. Y sin embargo ha venido Él a apremiarnos con las cosas que AHORA CREA, en este tiempo nuestro y que serán decisivas en el futuro próximo; tiempo en  que Cristo juzgará a los que han creído o no, en LO ÚLTIMO que nos ha revelado. Porque la FE que nos salva, no está en "aprender" que hacen los bautizados, sino en CREER y confiar, en Cristo, sea que se presente de improviso requiriéndonos a Él.


El Papa -a pesar de estar ya avisado de todo esto- prosigue aferrándose con terquedad inconsciente, a "lo anterior"; sin querer contemplar la curva que ya describe Cristo en la "historia de la salvación" el tiempo OMEGA que con su Grandeza, le acerca...


Los sacerdotes,  le siguen a él, están allí, en lo lejano, lo que es inmanejable por los creyentes porque ocurrió hace más de dos mil años  y fue depositado como encargo a "los doce".  Predican lo ALFA,  y en ello terminan; ya no hace falta que NADIE les diga, les inste o les apremie, porque al igual que el sanedrín antiguo, que RECHAZÓ  al JUSTO, no desean escuchar ninguna cosa que no provenga de la única autoridad que ellos consienten: la del Papa.


Jesús se ha presentado. No les ha pedido parecer, ni permiso. ¿Cómo se atreve? ¿Por qué pretende en estos momentos que suceda una transformación? La Iglesia acomodada no puede imaginársela siquiera; UNA CONVERSIÓN como Cristo quiere, no entra en los proyectos que tiene la Iglesia; ESO no está diseñado por quienes gobiernan. ¿Habrá de obedecerlo sin más?


Esta Iglesia que ha logrado estabilizar su estatus, en sintonía a los poderes del mundo,  no correrá ningún riesgo. Que corra Jesucristo todos cuantos sean necesarios, incluido el de un nuevo y contumaz RECHAZO. Si hace falta se vuelve otra vez a crucificarlo. De hecho ASÍ ES COMO SUCEDE. (Matarlo no pueden, pero IGNORARLO y mantenerlo APAGADO, es desde 1996 y prosiguen...)


Los jerarcas de estos tiempos tienen muy clara su preferencia: defender su pervivencia como Entidad, el "sanedrín moderno"...


La obediencia al Papa, no puede constituir una Iglesia CIEGA. Es una condición, no UN ABSOLUTO; y engendra pecado grave, cuando por OBEDECER al hombre, SE DESOBEDECE A DIOS.

Esto debieran meditarlo todos, desde el primero al último, porque cuando Cristo llegue, no les va a preguntar cómo han obedecido al Papa, sino cómo le han obedecido al Él.


Merece la pena que cada uno se lo pregunte, porque por su conducta, y su respuesta a Jesucristo, será cada cual juzgado.

La Iglesia ha celebrado "el Año Sacerdotal", realizando cuantiosas exhortaciones, que aproximen su hacer (el de los sacerdotes) a la virtud. 
Debiera bastarles y las desarrollarían todas, el apremio que Cristo les hace:


"Dichoso ese criado si al llegar su amo, lo encuentra cumpliendo con su deber. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si ese criado es de mala condición y pensando en que su amo va a tardar en venir se pone a maltratar a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos, su amo vendrá el día que él menos lo espere, le castigará severamente y le asignará su suerte con los hipócritas. Allí será el llanto y el crujir de dientes." (Mt. 24,46-51)

PORQUE avisa Él su llegada, y "los sacerdotes" que le obedecen y lo aman, debieran hallarse disponiéndolo todo para cuando Él llegue. En este "disponerlo todo", entra CREER en sus avisos y proclamarlos a todo el pueblo. ¿No es así el deber sacerdotal? ¿No fueron instituidos para llevar "La Buena Nueva"? ¿Y sólo es Palabra de Jesús, lo que oyeron "Los Doce"?  Por más que también es Palabra de Jesús, lo que después oyó Pablo de Tarso... Y como lo que oyó Pablo, ES LO QUE ESTÁ DICIENDO AHORA con quien envía.

¿Consideran que Jesucristo ya dejó definitivamente de hablar? Que lo piensen... Sobretodo, el Papa, ministro del Señor también, en cuyo "Año Sacerdotal" ha de aprender eL SEGUIMIENTO DE CRISTO como todos los demás.
Porque es la obediencia a Cristo, engendradora de virtud, y único modo de llegar hasta Él.

Pero si estos "siervos" (cuyos ministerios emplean en lo que consideran y les acomoda, como los de la parábola, sin pensar en la LUZ derramada, EN LA REVELACIÓN que Cristo les muestra, y en la PRESENCIA de su Señor) permanecen de espaldas a Él, en el entendimiento erróneo de que aún tardará mucho en venir, verán cumplirse este evangelio, y todos los demás designios a los que han dejado insensibles, de prestar atención. Está escrito.

Que el Papa no tenga ganas de enfrentarse a LO INNOVADOR que Cristo dispone, porque jamás había pensado ni supuesto que hubiese de suceder algo que le estrechara así, ¿ha de llevar a la iglesia, PUEBLO DE DIOS, a mantenerse "sorda y ciega", de espaldas a su Señor?  

Es un momento importante para que los sacerdotes -recién clausurado el "Año Sacerdotal"- piensen en quien y para Quien ponen su servicio. Cristo los contempla, y observa con estupor el declive plausible de su Templo. 

Les recuerda "La parábola de las diez muchachas" ¿tienen sus alcuzas llenas de aceite? ¿Están aprovisionándose de toda "la gracia" necesaria? El aceite es signo de unción, y es ella la cercanía preciosa al Amado. ¿Cómo de cerca están? 

En verdad no gusto yo enfrentar a ninguno, y no lo haría de no ser el modo de respuesta que en la Iglesia encuentro, el de un desdén absoluto, que no entiendo realicen en mi, porque no hablo yo, sino que POR MI HABLA CRISTO. Si me duelo es por Él. Y todos cuantos LO AMAN habrán de dolerse por este RECHAZO continuado, al que se está sometiendo al Santísimo. No se merece Él, este trato por parte de su Iglesia, esta es la verdad.

En estos momentos, si creyeran que Cristo viene, que está ya a las puertas, si son prudentes, harían acopio de aceite, y también lo procurarían a los demás que se hallan ausentes del evento o dormidos. Mas como la parábola declara, la mayoría "comen y beben con los borrachos" ("borrachos", ebrios de todas las cosas del mundo ajenas a Jesucristo), y permanecen sin ESCUCHAR.


II


Cristo me hace contemplar a "los suyos", tal y como he descrito: ausentes de "su Venida"; alejados de la FE que pudieran tener, la que otorga la verdadera santidad y es precisa para el ejercicio del buen sacerdocio... Me explica la necesidad de que CAMBIEN y regresen al camino que Él señala para estos tiempos, porque SE HAN AUSENTADO DE SERVIRLE, ahora que es preciso enseñar a este pueblo LO NUEVO.

Los designios se cumplen (Lc. 12,35-14) y caerá sobre muchos "La torre", sin que se hayan dispuesto al arrepentimiento. Esta "higuera", no fecunda, que no cambia, será desechada. Y también lo serán aquellos que no entren por "lo estrecho" que conduce a la salvación. Avisa a los fariseos "las virtudes" que son precisas y cómo será preciso responder al llamamiento que está realizando para "entrar al banquete del reino"

...Mas, discurre el tiempo, los años (quince, prontamente) sin que ESTOS INVITADOS, se dignen responder a su Señor, ni mirar lo que les muestra.
Le fuerzan a salir a los caminos invitando a otros no tan propios, ni tan amigos; cualquiera que le oiga y quiera acudir sea que esté cojo, ciego o tullido...

Es importante que reflexione en esto la Iglesia, porque si ellos desestiman el reino, otros irán y serán recibidos por el Señor, sea que su grado de perfección contenga lastres graves. El Señor los recibirá y Él mismo los curará, PORQUE LE HAN RESPONDIDO.

Cristo está preparando "la que será su familia", aquellos que "oyen la palabra de Dios y la cumplen"
En estos momentos, quienes debieran oírla, se inhiben y "se hacen los SORDOS", de ese modo dejan de darle cumplimiento. (Lc. 8,19 - 21)

Cristo me envía para que impulse su Voz, LO QUE HOY REVELA, de modo que quienes me oigan, realicen "la siembra" del Reino, dando a otros las razones que Él declara, y anuncian "Su Venida". (Lc. 8,4 -18)

Me entrega "los secretos del reino de Dios", que los demás reciben tan sólo en parábolas (Lc. 8 , 9-10)

Requiere "sembradores"... ¿Dónde están? Han pasado un año entero -junto a todos los demás de sus vidas- dedicados a ensalzar el sacerdocio, y a tratar de mejorarlo, ¿para qué? 

ESTOS SACERDOTES no están decididos a "la siembra del Reino". La mayoría, ni siquiera conoce (se lo han ocultado sus jefes) que el Señor está.

 Así se cumple que "oyen pero no entienden" porque rechazan considerar lo verdadero. Muchas voces se empiezan a oír para que dejen de actúar como "políticos correctos" y ejerzan lo que constituye el Bien, sea que hayan de dejarse la piel en ello. No es hora de "servir sopas", sino de tomar los arreos y "armas de cristianos", para poderse defender, y para defender con justicia, a los cristianos perseguidos, que no pueden optar a su defensa. 

La SIEMBRA precisa, la que Cristo solicita ahora, los consagrados, que han participado de este evento "sacerdotal" no la están realizando, porque nada han oído de ella. Se trata de las razones últimas que está él REVELANDO. 

¿Y como ejercerán su sacerdocio? ¿Contentando a quien nada de esto les dice, porque "no le parece conveniente"? ¿o a Cristo? Medite cada uno en lo que siembra, y por quien lo realiza; pues si Jesucristo está dando RAZONES NUEVAS, ¿como es que las callan? ¿consiste su ejercicio sacerdotal, en  proseguir con "lo viejo" que  cierra el CAUCE a "LO NUEVO"?

Avisada está "la tempestad" que vendrá a sucederse, sin que "el optimismo" de estos sacerdotes, forjados en "lo positivo", carente de toda "negatividad", consienta contemplar "el desastre", pero el desastre, está. ( Ver artículo publicado en este blog: "VISIONES PROFÉTICAS: AVISOS DADOS")

Parece que generalizo, cuando también reconozco que la gran mayoría de ellos desconocen ESTAS COSAS. Pero lo explico: Cierto es que la mayoría no ha sido informada de nada de cuanto es NUEVO , y se halla en manos de los jerarcas de la cúpula y del Papa, que no han querido dar un pronunciamiento, ni una respuesta, sino la de su incredulidad.

Mas, cuando he acudido a alguno de los consagrados (sea sacerdote, fraile, monja, obispo, cardenal, etc.), la respuesta ha sido "ninguna"; esto es : SILENCIO. Incapaces de desmentir -porque desconocen LO NUEVO- callan y así responden de su ignorancia y de su pasividad, para afrontar el reto que Cristo les hace.  Actúan como verdaderos "clones". Todos hacen igual. Debe ser consigna... aunque desdeluego les falta amor por Jesús, tan extrañamente se disponen a cumplir su voluntad.



De modo que no se hace hueco ni a LA FE ni a LA VERDAD. Todos, los que me he tropezado, y han tenido que oír ESTAS COSAS, han respondido como si discípulos de "Tomás el mellizo", con absoluta incredulidad. Por tal razón generalizo, lo que en modo general hallo, sea que la situación no los engloba a todos. Creo que daría igual. Han desarrollado un espíritu no de UNIDAD, que sería bueno (unidad con el Espíritu Santo), sino unificado en torno a quien les dirije, de modo que ninguno osa desentonar. 

Pero me asombro, porque están todos celebrando y dando por bueno este EVENTO que acaba de concluir ("Año Sacerdotal") como si fuese "un logro", cuando es y demuestra una realidad triste, que debiera hacerles meditar en lo poco que tienen, lo nulo que aportan, lo gastados que están en cuanto intentan y lo faltos de renuevos que se hallan... 

¿Tan incapaces son de entender, que tal como están y como enfocan y declaran "la doctrina", no llevan a los creyentes a NINGUNA META?  Para estos sacerdotes que celebran "su sacerdocio" sin contemplar al SUMO Y ETERNO SACERDOTE que es Cristo, el reino no va a suceder aquí; de modo que sobran todos los avisos escatológicos, incluso los concedidos por Jesucristo. 
No creen que el Señor VENGA YA. Ni en que va a proceder al JUICIO.

De este modo, dejan de dar validez a su Palabra misma, ni se purifican ellos, ni purifican la Casa del Señor, al pueblo, y se desvían de seguirle; llevando también en desvío al pueblo, al que no le ofrecen ninguna perpectiva que contenga NOVEDAD. Así van los creyentes cada vez más mermados, más debilitados y mediocres, ensamblados a "la nada" que les ofrecen, en donde nunca hay ya nada  esperanzador por descrubrir, ni que pueda resultar ilusionante. 

Se equivocan. Precisamente lo que Cristo hace es ENCENDER, ilusionar, concedernos a lo que es DIMENSIÓN y horizonte ilimitado, que ya nos acerca, y dispone en este tiempo, para que todos puedan lograr. ¿Cree la Iglesia -sus jerarcas- que callando a Jesucristo, Ella va a perdurar?

III

Miremos el "EVENTO", el verdadero sacerdocio que Cristo defiende. Pongamos los ojos en lo que Él nos sugiere, hagan los consagrados por imitarle, no se les pide más.

Cristo no sentía temor de anunciar lo NUEVO, la revelación, aunque fuese algo que chocase con la mentalidad de aquel pueblo y de sus jefes. Aunque pudiese contravenir "sus leyes". Estaba prohibido realizar determinadas cosas en sábado. Cristo no dejó de realizar lo que era bueno y justo, aunque fuese sábado. De este modo desafiaba el poder humano, con el Poder que Dios tiene. Porque nada cambia por sí, si no se actúa para que aquello que produce injusticia pueda cambiar. (Lc. 6,1-11)


Los sacerdotes de este tiempo, no rompen esquemas trazados, los siguen. Y no se manifiestan contra "lo injusto", sea que provenga de la Iglesia, o de la sociedad. Casi siempre CALLAN ante todo, y así dejan de defender al que los envía, por congraciarse y obedecer a quien manda. Obran así como los que no tienen un espíritu propio, sino prestado a una "ajena voluntad", que dispone de sus seres y sus vidas. ¿no?

Esto estuviera bien, porque son SIERVOS y así se consagraron, si quien pudiese disponer de sus seres y sus vidas fuera JESUCRISTO. 
De este modo se hacen reos, no seres libres. Y cometen la primera injusticia sobre sí mismos (se traicionan en sus ideales y en su fe), y se vuelven injustos con el Espíritu Santo, con su "hacer", ya que temen más a los hombres que a Dios.


Si eligieran a Jesucristo, si por defenderle obraran contra lo injusto, saltando sobre toda barrera u opresión, hallarían el Poder del Espíritu Santo sobre sí; a Jesucristo... y todo cambiaría en sus vidas, en su misión y servicio. Yo lo sé.


HOY la Iglesia adolece de corage, de valor, de crédito y de muchas cosas más, que excuso enumerar... porque prefiere como dice el evangelio: ""la gloria que dan los hombres y no el honor único que procede de Dios"


Se jactan -es presunción esto- de la misericordia que Cristo tiene. Y como conocen esta abundancia de su Amor, lo someten a toda clase de trabazón y de límite... ¿Es ello porque LO AMAN?


Haciendo un paralelo al suceder de muchas familias hoy, donde los hijos avasallan a los padres, y los llevan de desventura en desventura, poniendo a prueba vez tras vez, el amor que les tienen como progenitores, estos hijos, que además se engríen ellos de tener "siempre dispuesto el amor de su Señor", realizan contra Él toda clase de insensibilidades y "locuras", en la consideración de que Jesús tenderá cuando les convenga el manto de su misericordia, rescatándolos. Frivolidad exasperante es esta manera. Piénsenlo.


...Mucho dista este suceder, del que quisiera encontrarse Jesucristo, necesitado Él también de ser abrazado por nosotros, envuelto en el manto -sea pequeño, o lo parezca- de nuestro amor, de nuestra devoción, de nuestra voluntad, para concederle NUESTRA COMPASIÓN sincera, nuestra misericordia, si es que somos seres de fuego como Él.

Pero no encuentra calor; abrigo no. Lo que halla es INGRATUD, lo que dejamos posarse en su Corazón es lo insensible que contenemos en el nuestro. Lo dejan -unos más que otros, pero en general- ATERIDO. ¿Que no es verdad?


Miremos a estos sacerdotes, que han celebrado con júbilo "su permanecer anclados en lo de siempre, como si Cristo NO ESTUVIERA". Porque si alguno, les hubiera dicho (el Papa, que lo sabe), que CRISTO ESTÁ AHORA PRESENTE, Y NOS HABLA Y NOS ANUNCIA COSAS NUEVAS, que abren CAUCE imprevisto y derecho para que YA EL REINO SE ESTABLEZCA, ¿habrían querido ellos desatender SU LLAMADA? ¿Permanecer en "lo viejo", sin modificar "los esquemas"?


...Porque lo que AHORA se vuelve JUSTO, es dar Gloria al Señor. y sólo un modo hay: OBEDECIÉNDOLE. Y dejar de lado sus instancias, desatenderle, prohibir que se conozca lo que Él está REVELANDO es lo que realiza esta Iglesia mientras no CAMBIE y se convierte en INJUSTO, porque lleva al "sin sentido" o a la "sinrazón". Esto sucede.


LOS SACERDOTES valientes, harían como Jesús, "desafiarían el sabat" y le anunciarían gozosos, disponiéndose a recibirle CUANDO LLEGARA. En ello le darían razones multiplicadas de FE, de CARIDAD y de  MISERICORDIA. Llenarían su Corazón de amor. ¿Por qué no quieren comprobarlo?



Caen en el mismo error que entonces aquellos judíos, al otorgar "al hombre a la ley", y no al contrario. Estos sacerdotes ya no disciernen "lo que es de Dios" y "lo que es de los hombres", y en ello no establecen ningún rasgo moral importante, y por supuesto ninguna justicia. 
Si la obediencia la centran en "un hombre" (el Papa), que puede ser "pecador" como el que más... rinden el servicio que habrían de prestar a Dios, "al hombre", y en ello hipotecan a la Iglesia (Obra de Dios), y la someten "al criterio del hombre" no perfecto, no justo, no santo, porque es sólo hombre mortal y no DIOS. Aquí obran deificando "al hombre", lo mismo que aquellos judios, deificaban "la ley".


Quiero significar un rasgo importante que asoma en el evangelio (Lc. 6-7) Dice el título de un epígrafe: "Jesús elige a los doce apóstoles" y añade el siguiente: "La gente sigue a Jesús".


Sacerdotes, esta es la realidad. Cristo os elige, no el Papa, y lo hace para que le sirváis a Él por encima de todo y de TODOS. Quien os concede la MISIÓN, no es el Papa, sino Jesucristo, y Él mismo es el que os da la autoridad (Mc. 16, 3-20) para expulsar demonios, para llevar "sus nuevas", para llegar hasta los confines anunciándole (cosa que debería estar sucediendo ahora otra vez, PORQUE VIENE), y realizar "Sus Obras", las suyas, del Señor, no las que eligen "los hombres con poder", que gustan anteponer a la misión que el Señor les entrega, sus propios proyectos humanos, como si con ellos hicieran lo más importante.  

En verdad, falta mucho discernimiento, y mucha voluntad salvadora y amorosa que confluya a la que Cristo tiene y quiere culminar. No consiste "ser sacerdotes" en hablar todo el tiempo, como hacen todavía los que se hallan de promesas fáciles, de paz, de bonanzas que "no se hallan" y "amor" que no posee realidad ni arraigo. Llaman caridad a "llenar estómagos", pero la CARIDAD DE JESUCRISTO es mucho, mucho más... y SILENCIÁNDOLE, lo aseguro, la apartan.


Contemplen el siguiente epígrafe, el que dice: "La gente sigue a Jesús" No pretendo ser aguafiestas, pero esta es la realidad, y conviene que además así sea. Está escrito.
La gente a quien busca, por quien se desvive, en quien tiene puesta su esperanza, no es en "Los Doce" que fueron elegidos; no es en el sacerdote moderno, ni en el Papa. (¡No debería serlo! Y si es conducida a "seguir al hombre, y no a Jesucristo, su Dios", se la está conduciendo mal).
La gente -dice el texto evangélico- "Toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que curaba a todos."

Esta es la verdad. Sólo Jesucristo tiene el Poder de curar, de darnos la salud del alma y la del cuerpo, si Él consiente, si le seguimos como aquellos, deseosos de tocarlo. Porque sólo Él, el Dios Vivo, posee esa Fuerza, que le brota y de Él emana, capaz de llegarnos a TRANSFORMAR.


Un sacerdote, cualquier consagrado tan sólo es portavoz, anunciador... un hombre, carente de esta Fuerza especial. Tenga el rango jerárquico que tenga, sólo es DISCÍPULO nada más.

Y no ha de pretender nunca sustituir a JESUCRISTO. NUNCA. Es tentación gravísima, la de apartarle, para ponerse en su lugar. Es conveniente meditar en estas cosas, porque hay demasiados aspectos, en los que en estos tiempos NO SE LE ESTÁ TENIENDO EN CUENTA, se le está APARTANDO

Se sirve la Iglesia, de la confusión del pueblo, para incidir en sus conciencias, desde lo que "le es propio" o forma parte de sus "programas de acción, que miran a lo humano y son "humanos" nada más, como si el pueblo estuviese acogiendo en ello la VOLUNTAD DIVINA.


Porque Cristo les dejó que "ataran en la tierra", lo Suyo, lo que le pertenece como Dios e Hijo del Padre, no cualquiera otra cosa terrena, que brote de sí mismos, sin tener en cuenta SU VOLUNTAD.

Estos conceptos, la gente no los discierne. Los sacerdotes no ayudan mucho a que posean este discernimiento; antes al contrario, prefieren este "dominio" para obrar con mayor libertad. Si bien, repito, es Cristo quien ha de ser  glorificado, en medio de las obras de la Iglesia, porque si los que mandan obran con Él como "hijos obedientes, no ingratos", el pueblo los seguirá, ya que "La gente sigue a Jesús".


...Y si se apartan de servirle, de glorificarle SEGÚN ÉL QUIERE (como está sucediendo en estos momentos) "la gente" los dejará, porque sigue a Jesús. Que medite la Iglesia esta realidad. 
No en vano el evangelista pone el seguimiento de "la gente" a Jesús, y no "a Los Doce"... Quiero explicar en esto, que aunque ahora "la gente" apoye a los jerarcas y los defienda, dejará de hacerlo en el momento que entienda como han dejado de lado a Jesucristo.

Algo tan sencillo que debe hacer a la Iglesia meditar: O PERMANECEN EN CRISTO, CON LO QUE ÉL DISPONE, o TERMINARÁN SOLOS, porque "la humanidad" ( "la gente") lo que desea cuando se aproxima a la Iglesia, no es hallar a sus altos dignatarios, sino a Jesucristo. Lo que querrían es llegarlo a tocar. Llenarse con su Fuerza, con su Potencial salvífico.

Cierto es que la Iglesia -esto lo hace bien- administra los sacramentos, que propician el encuentro con el Señor resucitado, y debe seguir haciéndolo. Pero mejor lo haría, pues convertiría en SACRAMENTO el Templo entero, si proclamara la Presencia HOY manifiesta del Señor y su Palabra última. "La gente", en verdad, podría "tocarlo". ¿No se atreverá el Papa a prestar su elocuente discurso al Señor, para ACLAMARLO  anunciando a su pueblo QUE LLEGA?


Ni el mismo sospecha el alcance de tal ACONTECIMIENTO; si dejara de mirar hacia lo que dirán los hombres "que no creen", hacia las conveniencias de "la política y de sus jefes de Estado"; si dejara en suspenso sus actividades programáticas, para INICIAR junto a Jesucristo resucitado EL CAMINO POR DONDE QUIERE LLEVARLE. Ese sí será el camino de "la Caridad", que tanto pronuncia; el del verdadero AMOR. No se atreve.




 IV


Cristo toma la palabra y desde el pasaje de (Jn. 17) estrecha a este clero, que se siente feliz de "pronunciarse sacerdote" y explica al Padre esta súplica:

"He manifestado tu nombre a los hombres que escogiste del mundo y me los confiastes; tuyos eran, y tú me los confiaste; ellos han guardado tu doctrina y ahora han conocido que todo lo que me revelaste viene de tí; porque les he comunicado las enseñanzas que tú me diste y ellos las han aceptado. Ahora saben con toda certeza que salí de tí y ya están convencidos de que tú me enviaste."    (Jn. 17, 6-8)

¿De verdad, ESTOS que ahora suceden a los que creyeron, están creyendo y dispuestos a ello?

Aquellos doce, sí... reconocieron en Jesucristo al Hijo del Dios Vivo venido a la tierra, y comprendieron la revelación que les manifestaba, por la cual le supieron ENVIADO POR EL PADRE.

Y a partir de AQUEL APRENDIZAJE, basados en la FE de JESÚS, iniciaron UN CAMINO NUEVO. ("El del paño nuevo" que Cristo les ponía como ejemplo, indicándoles que debían alejarse de "lo anterior")

En la actualidad Cristo REVELA otra vez lo que conoce, los designios y da enseñanzas sobre lo que conviene, pero ESTOS que ahora se hallan, NO LO QUIEREN CREER. De estos no puede Cristo decir: "porque les he comunicado las enseñanzas que tú me diste y ellos las han aceptado".

No quieren ver ESTAS COSAS, entenderlas, no. ¡Talvez quisieran que Cristo mismo se les pusiera delante a ellos, para acreditarlo! (Exigencia fuera, no fe). Porque si es cierto que "los Doce" tuvieron el privilegio de estar en su Presencia y tenerlo consigo tres años... cierto es que confiaron y creyeron también incluso cuando otro que había sido "enemigo" (Pablo), se encontró con Él, y no sólo lo creyeron, sino que aceptaron toda su enseñanza, integrándolo con ellos. 
 
Los actuales discípulos CARECEN de esta magnanimidad, debo decirlo. Por eso la primera Iglesia floreció, pues ellos, los dicípulos, cada uno con su carisma, lleno del TOTAL AMOR A JESUCRISTO VIVO Y RESUCITADO, la hacían prosperar, y abrían los brazos a aquellos que llegaban diciéndoles: "Hemos visto al Señor", sin llenarse de desconfianza como les ocurre ahora.

El AMOR al que sirven, el de Jesús, su Señor (Nuestro...) es algo tan sublime, tan extraordinario, tan exquisito en su pureza, que no lo hay igual.
Ni siquiera quien diga amarle más que a nada, y en verdad lo ame en tales maneras, puede aproximarse ni en milímetros, a un AMOR tan inmenso e incomparable, tan dotado de la absoluta belleza, de la total diafanidad, de lo mayor y excelso que pueda pensarse.
Nos excede en todo. Es máximo en su total Ser  y Hacer. Irrefrenable Caudal e irrepresable LLAMA.
Ni las palabras son suficientes, ni los más bellos pensamientos lo son, de modo que no podemos -tal es nuestra pobreza- ni suponerlo, pues... ¡TANTO!

Por tal razón mira el Señor a los suyos, AHORA, que no son capaces ni de permitirle pasar adentro, y a la luz de estas súplicas que prosigue haciendo al Padre (Jn. 17) me explica SUS DUDAS. Dice Él, Palabra del Señor:

"TENGO DUDAS, SIENTO DESCONFIANZA, NO CREO EN VERDAD, QUE ALGUNA VEZ LLEGUES A QUERERME COMO TE QUIERO. VAS PERSIGUIENDO LOS AFANES DEL MUNDO, PERO EL MUNDO JAMÁS TE AMARÁ COMO YO. TE DARÁ AGASAJOS FÁCILES, RESPLANDORES FATUOS, Y SUFRIMIENTO, PERO NO UN AUTÉNTICO AMOR, COMO EL QUE TE ENTREGO. NUNCA HALLARÁS UN AMOR TAN PURO, NADA QUE SEA SEMEJANTE AL AMOR QUE YO TE DOY."

Desde su Corazón abierto, interpela a la Iglesia, que lo nombra, sí, pero no lo ama; que lo celebra y lo oferta a "otros", pero no lo sigue, no lo escucha, no lo ACEPTA que así le habla...

Una Iglesia anclada en el pasado, incapaz de levantarse para encararse al horizonte marcado por LO NUEVO. Como aquellos judíos, prefiere dejar pasar de largo la estrella de Belén... No quiere entender y ya no sé con qué lenguaje expresárselo, que AHORA sucede lo mismo.

Pondré un ejemplo rutinario: cuando se aprueba un nuevo decreto, queda anulado en anterior. ¿No es así como funciona lo oficial? ¿Lo legal sobre lo que nos movemos? Cuando el Papa da una orden nueva, a los suyos, lo hace para que prosigan ejerciendo lo anterior, o lo último que él ha dispuesto? 
Cristo vino, en el tiempo ALFA y revocó sobre sí mismo, la ley. A partir de entonces LO NUEVO quedaba establecido. Rompió Él con lo legal, con la oficialidad, y la Iglesia surgió contra lo oficial, abriendo cauces, rompiendo esquemas viejos... Y el pueblo judío, quedó fuera.

...En estos momentos Cristo, se aparece y se PRESENTA concediendo REVELACIÓN NUEVA. De modo que ya no tiene sentido CONTINUAR EN LO VIEJO, sino que hay que MIRAR Y APRENDER LO NUEVO. 
Esto es lo que no quiere hacer la Iglesia. Desea mantenerse a ultranza como está, en lo anterior (lo ALFA), sin COMPRENDER, que aunque se empeñe en ello, CRISTO YA HA MANIFESTADO SU VOLUNTAD para estos tiempos (Lo OMEGA).
Ya no hay sino ir con Él, o quedar fuera... Es lo mismo.


Cristo vendrá y parece que NADIE lo estará esperando. Se presentará sin que lo hayan conocido. (Casi quince años lleva enviándome, a los suyos, para que sepan CONOCERLO y estén preparados, para cuando venga, y tengan de igual modo preparado a su pueblo).

Cuando VENGA los juzgará. Les preguntará por qué no han querido CREERLE ELLOS TAMPOCO... Al final no hay diferencia con los que nunca han querido reconocerle. Él tampoco los reconocerá, les dará la suerte de los "hipócritas".

Cristo describe a los que lo AMAN, pudiéramos decir para entendernos, a los que tienen en sí la forja capaz de contener el amor que conecta con su AMOR. Son "los bienaventurados" ( Lc. 6, 20-23).

Pero no nos confundamos, no vayamos por lo fácil que es lo que suele ocurrir en este pasaje, porque precisamente "los bienaventurados" aman a Jesús y son amados por Él, porque lo conceden todo, sin quedarse con "nada" para sí; no son aspirantes a ninguna grandeza de esta vida; las glorias y tesoros de este vivir, o del mundo, no les arrastran, todo lo de aquí lo dan por perdido, o les parece "basura",en el decir de S. Pablo, comparado con lo que esperan en Cristo.

Que lo piense esta Iglesia porque es así como funciona el AMOR; desde la gratitud y el reconocimiento tal que implique correspondencia. De manera, que  si Cristo nos amó hasta el extremo, y lo hizo, lo que más le satisface es encontrar a quienes de nosotros sean capaces de arriesgarlo todo por Él, amándole hasta el extremo de ser preciso.


Por eso, "el canto de las BIENAVENTURANZAS", implica una voluntad que surja por nuestra parte, para ser:
1. "pobres" en el Señor. No refiere Él "la pobreza" como condición humana, porque es un concepto relativo e inherente al pecado que asiste al mundo y a sus ambiciones. Ya declaró en una ocasión, cuando María le ungió con perfume carísimo, y algunos protestaron, Judas...


"A los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre."  (Jn. 12,8)

 Es verdad que hay que atender a quien te pide, o te necesita. Esto es siempre, por eso no faltarán ocasiones a lo largo de nuestras vidas para el ejercicio de la caridad a los hombres. Aquí ya hace la Iglesia de estos últimos años.


Mas la pobreza que es "bienaventuranza" para el Señor, es aquella que nos hace reconocernos ANTE ÉL deficitarios en todo, porque carecemos de todo cuanto Él representa. Es la que muestra ante el Señor una inclinación total y esencial, porque sólo somos barro, y Cristo es Dios. Es pobreza que se sabe pecadora, indigna, para alzar los ojos al Todopoderoso, para merecer de Él, y como el publicano, se inclina en sentido de adoración, ante Quien es Dueño y merece en efecto ser adorado. 


Esta "pobreza" da al Señor, las razones profundas del "primer mandamiento": "Escucha oh, Israel, amarás al Señor tu Dios sobre todas las cosas, con todas tus fuerzas, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. No tendrás otros dioses delante de mí; ni adorarás imágenes de cuadrúpedos, aves..."

Es reconocer "el hombre", que nada tiene en sí, ni posee de valor, sino SÓLO A DIOS. Él es LO ÚNICO VALIOSO E IMPORTANTE, lo único que merece ser ADORADO y amado por él.

Medite la Iglesia, cuántos "pobres" hay en estos tiempos, cuáles, que posean con sentido profundo esta convicción. Y este es el primer paso para merecer el título de "bienaventurados".


2. "Dichosos los que ahora tenéis hambre"   Cristo apela a otra condición que "los ya pobres en Él" han de experimentar: HAMBRE DE DIOS.

No se refiere al "hambre física" Porque con hambre material, "siempre los tendremos". Dice el Señor: "...los que AHORA tenéis hambre". Los que AHORA tienen hambre, son aquellos que lo han conocido, lo han escuchado, han tenido la oportunidad de encontrarlo.


Estos, que YA SABEN DE ÉL, serán cada vez más suyos, si lo buscan, si lo apetecen más que el calor del sol, como los que están faltos de nutriente, si no lo tienen a Él.


No basta el pronunciamiento de la FE; no basta la actitud de aprendizaje que todos los creyentes tienen; el Señor quiere tenermos "hambrientos" de Él. 
En realidad "las bienaventuranzas", que se aplican a las personas más sencillas (por su falta de discernimiento, y de mentalidad religiosa, pero que poseen buen corazón), no las excluye, pero lo que muestran es UNA VÍA DE PERFECCIÓN, que precisamente "los sencillos normales", están lejos de intuir, y por ello, no sé como podrán alcanzar, si no es por el concurso de la Gracia con que el Señor los invista (Él puede hacer esto, si quiere).


La referencia está en "los que conociéndole", desean  mantenerse junto a Él del todo, lo mismo que quien tiene hambre, no se aparta de la comida. Un "hambre" inducida por el amor. Esto desea el Señor, con consciencia plena de lo que se está eligiendo. He aquí lo perfecto.


3. "Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis"  Surge un nuevo peldaño, en esta escala de perfección. Porque quien "llora" padece en sí, o por alguien. Es un tercer grado de perfeccionamiento, referido al amor que somos capaces de profesar a Jesucristo. De nuevo -aunque desde el segundo mandamiento no sea excluyente- es referencia a la voluntad y al sentimiento que somos capaces de manifestar al Señor. Porque dice Él "AHORA", y en ello hace referencia a "los que llorarán por su muerte, ante su cruz" "los que tendrán compasión de Él, y también de sí mismos, por el abandono y el desamparo a que los someten "los enemigos del Señor".


Quien llora por el Señor, es quien lo AMA en tal modo, que sufre con lo que a Él le hace sufrir. Así serán todos los santos, todos los mártires que han preferido dar su vida, por defender a Cristo. 


Es un grado de perfección ya muy alto; porque se derraman lágrimas verdaderas, y se siente verdadero dolor por Él. Quien lo maltrata, nos ofende; nos hiere y nos punza en lo más interno, como si nos clavase una espada.
Cristo recibe esta compasión por Él, y la guarda en su AMOR, para concedernos en ello SU MISERICORDIA, por eso promete: 
"Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis."

Es promesa de VIDA ETERNA. No promete Él LA VIDA por los llantos y disgustos que nos tomamos por nuestros intereses de tierra, y por los pecados e injusticias que solemos cometer todos, quien más o quien menos, porque todos desde el primero al último "somos culpables". Sea que también por pura Gracia, por el muchísimo amor que nos tiene, recoja los llantos de muchos, que padecen las injusticias atroces que cometen los hombres.
 
4. "Dichosos seréis si os odian los hombres, si os expulsan, os insultan y proscriben vuestro nombre como infame por causa del hijo del hombre. Alegraos aquel día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Así trataban también vuestros padres a los profetas.

En esta  bienaventuranza, queda patente que llevar adelante la causa de Cristo, defenderlo, proclamarlo, tratar de establecerlo a Él o a lo suyo, atrae el odio y la persecución de los que son sus enemigos. El signo de este odio, es en ocasiones "martirio", por lo cual quien sigue a Jesucristo hasta el límite que impone dar la vida por Él, lo recibirá TODO. Será recompensado con creces, siendo este nivel, una referencia de amor tan superior, que hace a quien se entrega, perfecto, según la perfección de Cristo.

Esta escala de niveles, pone Cristo, de modo que reconozcamos lo que somos capaces de asumir por Él, o lo que son capaces de asumir quienes a Él se entregan. Consolidar en torno a ella nuestra actitud, nos conduce a un modo de ser perfecto.


Este es el punto al que ha de llegar "el sacerdote", todo sacerdote que ame a su Señor.
Y han de empezar por ESCUCHARLE. Recibir SU PALABRA, creerla. Conocer lo que en estos tiempos REVELA, porque el Señor sigue realizando sus designios y cumpliendo sus promesas, hasta culminar la historia de la salvación.
Una historia que NO HA CONCLUIDO. 


Por lo tanto, deténgase la Iglesia a meditar lo que le aviso, lo que el Señor está AHORA HABLANDO, si quiere incorporarse a LO NUEVO, y ser EDIFICIO SANTO junto al Señor, que LLEGA... (Hch. 13-15) 
Organice sus esquemas, en torno a ESTE EVENTO. Es más importante RECIBIR al Señor, y disponer para cuando llegue todo lo necesario, que agrupar a "miles de jóvenes" en torno al Papa, o celebrar "años sacerdotales", que no contienen lo que hace falta.


No es crítica, sino comparación. No es lo mismo celebraciones "de hombres", que proceder a "la celebración que es Gloria y Honor a Dios", y estará ello, en CUMPLIR LA VOLUNTAD DE JESUCRISTO que en estos tiempos se manifiesta y NOS AVISA ESTO.

El evangelio de (Mc. 2 - 3,35) señala cuanto he dicho que reclama el Señor, para constituir su Iglesia NUEVA, porque si entramos a tener el espíritu de "Las bienaventuranzas", Él nos curará la parálisis o la inacción que padecemos. Hará a esta iglesia parálitica, que no se atreve a alzarse, SER VALIENTE y recuperar la movilidad de inmediato (Mc. 2,1-12), de modo que como hizo Mateo, comience a "seguirle".


Pero habrá de saber proceder contra el sabat; esto es: romper esquemas injustos; MODIFICARLOS, sea que tenga que altercar con los que desean proseguir con lo que es malo, o causa de mal.


Cristo espera a los suyos, que son discípulos verdaderos, que como "los doce", anhelan permanecer en Él, como lo cierto.


Marcos, altera el orden concedido por Lucas, y pone primero el epígrafe: "La gente sigue a Jesús" y a continuación "Jesús elige a los doce apóstoles"
Es verdad, que la incorporación a Jesucristo, por parte de "la gente", es rápida, pero insegura. La gente busca a Cristo, porque requiere de Él según su necesidad, o sus milagros... mas la elección de "los doce", implica que estos que se disponen a seguir a Cristo han recibido impacto; han sido "sellados"... Y es este SELLO, una atracción amorosa inmediata, que contrariamente al sentir de "la gente", les lleva a un seguimiento desinteresado.


Quiero manifestar en ello, que si en principio advertí que "la gente" va en pos de Jesucristo, no de "los doce"... y en tal prioridad lo acomoda Lc.; bien cierto es que Jesús, conoce el sentir poco cuidadoso de "la gente", y que lo busca para que les haga milagros... pero a quienes pone SELLO, es a quienes Él se elige.


¿Por qué explico esto? Para que tenga constancia esta Iglesa de LA ELECCIÓN de la que es y ha sido objeto, y se rinda a su Señor del todo, ELIGIÉNDOLE también, en compromiso de TOTAL FIDELIDAD.
Una fidelidad que Cristo no halla en su pueblo, aunque conozca que "la gente lo sigue", o lo busca... pero que sí quiere hallar entre "los suyos", que EXIGE se la muestren en todo momento y lugar. El momento se llama OMEGA, el lugar, habrán de saber ocuparlo, porque el Señor les requerirá de todo LO QUE HA SIDO DICHO, para hacerlos pasar adentro, con él, como los que son su familia, o para dejarlos, si se han desentendido, entre los extraños que han permanecido fuera.


No sean como esos parientes: "Los parientes de Jesús se avergüenzan" y tengan en más aprecio los bienes del mundo, la opinión de los demás... rechazando por elegir estas honras, el hacer del Espíritu Santo, porque también declara Él (Lc. 6, 24- 26)

Todos ellos: "ricos" "hartos" "los que ríen" "los que son alabados"... reciben las honras del mundo y esto aman. Discurren en abundancias efímeras; se hartan en los placeres carnales, si bien el hambre de lo verdadero los aguijoneará, y llorarán con angustia. Las alabanzas de los hombres, estarán en torno a sus espíritus, como cadenas.


Es el momento de edificar el TEMPLO NUEVO, sobre la roca de Cristo que LLEGA. Hace falta poner pilares de FE NUEVA. La "gente que sigue a Jesús" ya conoce lo ALFA; ya lo entiende. 
Realice la Iglesia un "Año Sacerdotal" inserto a LO PLENO, a lo que dará como fruto el TEMPLO SANTO; empiece ya... para que Cristo halle a su venida a TODOS CUANTOS LE ESPERAN, porque ya cumple sin tardanza todo cuanto está escrito. 
Los fieles han de saber también lo que Cristo HA REVELADO a su Iglesia; y ella ha de ejercer su carisma, proclamando este EVENTO importante, por el que es glorificado el Señor.

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