ESTA IGLESIA

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En este articulo trataré de abordar un asunto delicado. La referencia figura en el título, se trata de "ESTA IGLESIA"... la que hay; la que se ha configurado en la actualidad, con todos los sedimentos que han depositado las distintas épocas, los distintos acontecimientos, de un modo especial los que desde finales del S. XIX y a lo largo de todo el S. XX, la hacen eclosionar como se muestra. Una Iglesia de hombres, para el hombre, que no ha sabido remar hacia adentro, a lo profundo, como Cristo pidió a los pescadores. Cuando Cristo subía en la barca y se disponía a predicar, la separaba de la tierra.

Al contrario que Él, su Maestro, estos que lo imitaban y han discurrido años y siglos, remando hacia dentro, desde unas consideraciones más o menos virtuosas, en estos siglos últimos, de un modo decidido en la segunda mitad del S. XX, han preferido echar anclas, y sin separar la barca de la orilla, son ellos los que han desembarcado, retirándose del mar y aposentándose en la arena.
Esta inversión de horizonte, ha ido dando sus frutos, pues ya dice el Señor: 
"Por sus frutos los conoceréis" 
Y es ahora comenzado el S. XXI, que ya los vemos.

No quiero censurar a ESTA IGLESIA según sus distintas épocas, porque ya se encargan "los incrédulos" de siempre de proceder a esta censura, por más que obran en ella sin amor, sin pretender su renovación, ni su afianzamiento; y lo único que desean es su desbarre. Estos, siempre destruyen lo que tocan. Cuando los hombres empiecen a reconocerlos por "sus frutos", ya cuantiosos y signo de destrucción, los apartarán de sí; y se apartarán de sus mentiras, conociendo sus estrategias y subterfugios, para lograr apartarlos del Bien que obra en Dios.

Pero quiero explicar -sea que a algunos les parezca censura y no ENSEÑANZA- cómo ESTA IGLESIA se ha desviado de ser la que Cristo quiso; a la que dio sus "llaves" y a la que amó y ama, anhelando su regreso.
Esta Iglesia actual, se ha desvinculado de modo ostensible de la primitiva Iglesia, la que estuvo organizándose según el Espíritu del Señor Jesús, con los primeros apóstoles y con S. Pablo. 
La de ahora, atenta a evolucionar según el mundo y según los dictados políticos que lo rigen, es fruto del S. XX y se orienta a ser creación del S. XXI, según lo que surja de los eventos que en él se marcan.

Como el hijo pródigo, ha salido de la Casa del Padre, se ha llevado consigo su herencia y la malgasta en lo árido que el mundo le oferta, sumergiéndose en sus pecados, corruptelas y vicios...

Cristo la ve discurrir, sin Él. Ha tratado de retenerla, de avisarle; ha realizado ante ella muestras del Poder que le asiste, para que recupere la cordura, y regrese; para que sea consciente de su PRESENCIA, mas en vano...

Sus propuestas, no miran hacia Dios (Padre), ni hacia Cristo, al que ni espera, ni contenta. Sus propuestas se han hecho humanas, y ya sólo son tierra
Como el salmo invoca: "Retornad, hijos de Adán"

Ha posternado su virtud, por el progreso, y ha deseado la admiración del ateísmo, que se muestra soberbio ante Dios, antes que la fidelidad al SANTO.
Lo que ha consolidado en este siglo (XX - XXI), es su declive, al preferir lo que conceden los hombres, dejando como menos importante, o como lo que no importa, LO QUE CONCEDE DIOS.

Ha sido una esposa infiel (Os. 2), se ha entregado en brazos de sus amantes del mundo, olvidandose del sacrificio de Cristo en la Cruz; de la salvación que la Cruz garantizaba y de la resurrección misma.

Ella, los papas del mundo, que han preferido su aplauso y su aprobación, han optado  por discurrir por la política; y han constituido para el rebaño metas humanas, que les han retirado la fe, la virtud, el sacrificio y los han apartado del Espíritu Santo.

La realidad es fruto de una política religiosa, no de la religión. Y emerge precisamente por un vivir "sin espíritu", que llama religión a lo que sólo y únicamente es política.

No nos engañemos más. La IGLESIA DE CRISTO es otra cosa. No quiero decir, ni se malinterprete, que la jerarquía haya causado estos desvíos a propósito, y tratando de obrar mal. Posiblemente -aún quiero manifestarles mi fe- se han dejado seducir y en modo incosciente, asesorados por las ambiciones más que por la conciencia, se han ido desgajando del árbol, sin llegarse a dar cuenta. Y, talvez ahora, ya se estén dando cuenta, pero han de vencer su orgullo, para reconocer el extremo al que han llegado, y regresar con humildad verdadera, hasta el punto de inicio del desvío. ¡Todavía podrían reparar las brechas y recomponer las ruinas, si quisieran!

...Pareciéndoles "bueno" su hacer, lo han ido comprometiendo, con los engranajes de la sociedad moderna y con sus exigencias, sin entender de qué modo en lugar de adquirir potencial en ella, era el suyo, el que se hallaban malversando, y perdiendo hasta quedar en lo poco que ahora tienen. Como el administrador infiel, han desatendido demasiado tiempo las obligaciones y los requerimientos del dueño.

Lo cierto es que sin haber completado la CONVERSIÓN de sí mismos y del resto, han concedido la pérdida de talentos; y han sustituido la FE en Dios, por la fe en "los hombres" de la Iglesia. El pueblo así se halla totalmente desamparado, sumido en lo engañoso de "parecer bueno" lo que es "malo y obra para su pérdida", sin que la jerarquía, ni los sacerdotes, ni nadie se atreva a corregir este extremo.

Como los poderosos del mundo, los poderosos del Templo, se dan baños de multitud, en la consideración de obrar "lo correcto", y en este "modo de adoración", hay UNO que está fuera, cuando es precisamente el ÚNICO  que tiene que ser adorado.

¿No es éste un modo de idolatría atroz, que aborrece Dios, que retira de Sí, Jesucristo, y que los verdaderos cristianos habrían de corregir, desligándose de estas prácticas?

El seguimiento al Papa, ha de ser "seguimiento a Jesucristo"; y si el Papa se retira de seguirle, un pueblo fiel al Señor, debiera retirarse y permanecer junto a Jesús, en lo que muestra.
Mas... difícil se hace esta opción, cuando todos los consagrados en la Iglesia, por favorecer la voluntad de quien es Papa, se conceden a él, que no a Cristo; y apoyan cuanto esgrime "el hombre", lo celebran, lo alaban, lo ensalzan, en mayor modo que a Dios. Y en ello -tal vez sin ser conscientes- lo idolatran. Lo presentan ante los fieles, como la voz de la verdad, siendo que sólo en Cristo reside lo verdadero; y determinan  su seguimiento "sin luz", en abandono plausible de la LUZ MANIFIESTA.

Esta realidad es la que concurre, y la que avanza sin detenimiento, sin perspectiva de cambio; sin que haya mente alguna que entre en razón; y sin que algún espíritu, tocado de mayor pureza, deslinde los carriles del Señor, y que al Señor pertenecen, de los que aunque proclaman "su Nombre", lo apartan.

Así el Señor clama en esta hora ÚLTIMA:

"¿NO HAY NADIE? ESTÁ TODO CERRADO Y TODOS MUERTOS? LOS HIJOS DEL REINO, ¿DÓNDE ESTÁN?"

No están. ¿En qué están? ¡Con Jesús, no! No lamentaría Él la situación como le oímos, si hallara junto a Él a su pueblo. Pero no lo encuentra. Por eso afirma con las palabras antiguas:

"Toda visión se ha vuelto para vosotros como las palabras de un libro sellado." (Is)

"Ha dicho el Señor: / porque este pueblo / se acerca a mí tan sólo con palabras / y sólo de labios me honra, / mientras su corazón está lejos de mi / siendo así su religión para conmigo / sólo un mandamiento humano / un lección aprendida."  (Is.29)

En numerosas ocasiones lo he venido diciendo, pero NINGUNO lo ha querido considerar. Los consagrados de hoy; los seglares, los fieles en fin, discurren ciegos y sordos, "sin ver" y "sin oír", inmersos en un espíritu de estupidez, que les priva de conocer y de valorar como seres de espíritu.
 
¿POR QUÉ..?

Cristo lo explica desde esta palabra:

"Ellos se presentaron a Jesús y le dijeron: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?" En aquel momento Jesús curó a muchos de sus enfermedades, dolencias y espíritus malignos, y dio la vista a muchos ciegos. y les respondió: "Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia el evangelio a los pobres. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mi!"    ( Lc. 7,20-23)

El Poder de Cristo, todas sus señales, los signos que obra para devolver a este pueblo la vista; para que los hijos del reino comiencen a caminar dejando atrás sus cojeras; y los impuros de este pueblo, laven sus pecados y se arrepientan, quedando limpios; lo que está declarando con su PALABRA, para que sea escuchado por esta generación, discurre sin que "los sordos" quieran penetrarlo ni oírlo, pero llama Él "dichosos"  a los que crean sin escandalizarse.


En peor modo que aquellos que se extrañaban con escándalo de las cosas que oían de Él, o le veían hacer, sin moverse a fe, los que AHORA llamándose católicos, considerándose cristianos, estando bautizados y tal vez con votos ante Él, se escandalizan y entran en temor incomprensible, cuando oyen lo que hace con su Poder también en estos tiempos, sin dar crédito alguno a quien envía.


La razón sigue siendo la misma: falta de fe. Si bien, los que ahora son incrédulos lo son en mayor medida, toda vez que de quien se les habla no es de un extraño, sino de Aquel a quien se precian de conocer, pues siguen sus enseñanzas. Peor que aquellos obran, pues dicen conocer las manifestaciones del Espíritu, las Escrituras, la venida del Señor y sus promesas, pero siendo que todo ello sucede, se apartan, sin quererse abrir a LO NUEVO y sin querer CONOCERLE en su PRESENCIA MANIFIESTA, acercándose a Él.


Desde las diversas tentativas realizadas para contactar con "personas de fe" en "esta Iglesia" puedo decir que no he hallado iniciativa renovadora, sea mínima, sino por el contrario un permanecer anclados, estando todos y cada unos, con su voluntad encadenada no a Cristo, como debiera ser, sino a los dictados jerárquicos, de modo, que dejan de parecer seres libres, inmersos en el Espíritu, para configurarse a entes clónicos de otra voluntad y otro hacer, que los orquesta, los aglutina, los dirige y los lleva sin mente, y creo yo que "sin alma", pues parecen estar muertos, o como ausentes de lo que dicen ser, ya que ni dialogan, ni piensan, ni se rebelan, ni sienten, ni dejan pasar a su través, o desde sí, algún atisbo de vida.


Espero el día y sé que lo habrá, en que se cumpla lo profetizado por Ezequiel, y lo que ESTA IGLESIA, mantiene consigo, sin fermento, ni que lo consienta, (cúmulo de "huesos secos"), reviva, y reciba el aliento divino sobre sí, volviendose a recrear con carne y tendones, con nuevo músculo religioso, que proyecte -pues para eso fue hecha- la gloria de Cristo, que AHORA silencia.




2


Alguno considerará que exagero y magnifico las cosas en mi apreciación, pero puedo asegurar que lo que digo es verdadero y su falta de perspectiva se debe por el contrario a una gran ignorancia sobre ESTA IGLESIA y en mayor modo, en el Señor.

No censuro yo las obras de "la Iglesia" que se orientan, o esto buscan, hacia el Bien. Pero es indudable que le falta por adquirir una propulsión espiritual, de la que en estos momentos se halla ausente; y un perfeccionamiento interior, que le devuelva la salud, que ya no tiene. Hace falta a "esta Iglesia" desechar el sentido de perfección que se concede, y entrar en un mayor sentido de humildad y arrepentimiento, sin los cuales, su resurrección no será posible.

El libro del Apocalípsis, señala las distintas Iglesias, surgidas de la Iglesia, que serán juzgadas al final. Iglesias que en su discurrir se han apartado de su inicio, de su pureza primera, y carecen por diversos motivos, de lo que la Iglesia de Cristo, inserta en la verdad, en el amor y en la virtud, conlleva.

Así "el que tiene las siete estrellas, el que camina en medio de los siete candelabros de oro", (Apc. 2,1) reprocha a la Iglesia de Éfeso, algo que bien pudiera hacer meditar a ESTA IGLESIA:


"Conozco tus obras, tus fatigas y tu constancia. Sé que no puedes soportar a los malos, que has puesto a prueba a los que se llaman apóstoles sin serlo y los has encontrado mentirosos; que eres constante y que has sufrido por mi nombre sin desfallecer. Pero tengo esto contra tí: has perdido el amor del principio. Acuérdate, pues, de dónde te has caído, arrepiéntete y vuelve a obrar como antes. Porque, si no te arrepientes, iré a tí rápidamente y te quitaré el candelabro de su puesto."   (Apc. 2,2-5)

 
Revise "esta Iglesia actual", si mantiene el AMOR que le fue concedido y lo corresponde, según los supuestos de pureza que Cristo defiende, porque realiza obras, es cierto; y cierto es que pasa fatigas, y muchas ha pasado a lo largo de los años...  Cierto es que en otros momentos era más cuidadosa de la fe, y sometía a prueba a "los falsos", para hacer hueco a la verdad... Mas, el AMOR primero, aquel que los primitivos apóstoles sentían por Jesucristo, desde el que impulsaban la FE y la VERDAD, hoy no se halla. 

Esta Iglesia difiere de la de Éfeso que "no puede soportar a los malos", porque no sólo no los combate, ni los enfrenta por la ostentación del mal que realizan, cuanto los tolera en alardes de ¿bondad? ¿misericordia..? ¿debilidad..? ¿Acaso no piensa que desde "los malos" que soporta, Cristo la prueba? 


Que lo piense, porque el Señor es la roca de sustentación, la piedra de tropiezo, para todos aquellos que buscan el mal de los que Él ama; y ella ha de ser testigo fiel, defensora de su PRESENCIA y de su proyección. Ella habría de ser lámpara que difundiera su LUZ, pero...


...En la actualidad, ESTA IGLESIA está desestimando su última revelación y su Presencia manifestada. De este modo, el mal la cerca, ya que ha dejado de conceder su OBEDIENCIA al Señor.


No obstante, todavía, pues Cristo le avisa, "esta Iglesia", puede hacer revisión de sus desvíos, y tratar de corregirlos, pues dice el Señor:


"Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios."


Existe junto a esta, otra Iglesia, de la que Cristo dice:


"Conozco tu sufrimiento y tu pobreza (aunque eres rico) y las calumnias de parte de los que se llaman judíos sin serlo, pues son más bien una sinagoga de Satanás. No te acobardes ante lo que vayas a sufrir. El diablo va a encarcelar a algunos de vosotros; es para poneros a prueba; sufriréis una prueba de diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida."  (Apc. 2, 9-10)

 
ESTA IGLESIA, puede asemejarse a la de Esmirna, en diversos lugares tomados por la intolerancia y la injusticia: China; Pakistán; Filipinas; Egipto; todo el mundo árabe, donde impera el fundamentalismo; o bajo regímenes políticos dictadores, que aborrecen a Dios... Aparece a los ojos de todos como "sufriente" "desprotegida" "pobre" , pero es rica, porque ya dijo el Señor: 


"Dichosos seréis si os persiguen y os aborrecen por mi causa"

Es la Iglesia que sometida a prueba, puede desembocar en el martirio, a semejanza con su Señor. Él la contempla, y la requiere a ser fiel hasta el fin, sin arredrarse; sin modificar su fe en Él, sea que sus enemigos la lleven a la muerte. Le promete:

"El vencedor no será víctima de la sengunda muerte."

Llegar a este punto requiere la adopción de un compromiso firme con el Señor, de modo que seamos capaces de soportar "la prueba". Los cristianos y católicos de determinados lugares, sumidos en la inestabilidad política, viven en modo precario, y asumen "lo terrible" como un modo procedente del entorno y de su hostilidad, con una fortaleza posiblemente grande. El Señor los contempla. 

Mas, ESTA IGLESIA acomodada, hecha a lo fácil, que vive en la abundancia y no se priva, ha olvidado en mucho "la estrechura", y ya no se siente capaz de acoger "renuncias" ni "sacrificios"... Difícilmente soportaría "la prueba" que el Señor  declara, y en ello, aparece ante Él como quien ha perdido la fe, y no se halla sustentada en "la roca". 

Mucho ha de agradecer al Señor la bonanza si la tiene, pero no ha de transigir con lo injusto para mantenerla, si no quiere convertirse en injusta también, no sólo para sí, en lo que acoge para no resultar incómoda o molesta a sus enemigos, sino para esa Iglesia que sometida a prueba, sí padece los rigores que la llevan al límite, o le causan martirio. Aquí es precisa la coherencia, el hermanamiento cierto y la defensa de los derechos que pierden quienes son vejados o sometidos al sufrimiento. 

Es fundamental  apoyar en modo decidido y valiente, a quienes pueden sucumbir, sometidos a estas pruebas de Satanás. En ello ningún diálogo ecuménico, puede servir para tender puentes, a los mismos que causan directa o indirectamente el mal: "No se puede pactar con Dios y con el diablo", porque como dice el Espíritu de La Iglesia de Laodicea, les sucede: 

"Conozco tus obras, no eres ni frio ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente. Pero porque eres tibio y no eres ni frío ni caliente, te voy a vomitar de mi boca."   (Apc. 3, 16)

Son tibios quienes ignoran y hacen por ignorar la suerte de los que están padeciendo, y no usan sus recursos  o  su "autoridad", para corregir a los que obran el mal, causan daño y ejercen desde sus fanatismos vejación y martirio, a los hijos del reino. 


Cristo corrige a la Iglesia de Pérgamo, y a quien como ella, llegue a dar cabida a lo infiel, junto a lo fiel; a lo injusto, junto a lo justo. 
Esta Iglesia se halla descrita en (1Tim. 3-4). Es una Iglesia dividida, en donde "los herejes", que se han apartado del Señor, combaten desde dentro, con los que sí permanecen fieles al Señor, porque han creído su revelación última. A estos rebeldes, los mueve Satanás. Esta será la Iglesia a la que vendremos a desembocar, si prosigue la jerarquía actual sin querer contemplar a Jesucristo, que se ha hecho Presente y le habla.


Hasta el momento actual, esta Iglesia no ha querido CONOCER A SU SEÑOR, ni lo que Él ha revelado para los tiempos que suceden y sucederán. Por eso su evolución se anticipa, y si prosigue le sucederá lo que el Señor avisa:


" Arrepiéntete, pues de lo contrario iré cuanto antes y lucharé contra ellos con la espada de mi boca."

Triste será para ESTA IGLESIA, pagada de sí misma, que no ha querido acoger la voluntad del Señor, ni tan siquiera conocerla, y todos los intentos que ha hecho, ha procurado hacerlos desde su "espíritu humano" (su razón), sin querer apoyarse en lo divino (la revelación que se le ha dado, y que rechaza),  contemplar que llega el Señor y Él mismo se pondrá a combatirla deshaciendo con "la espada de su boca", todo cuanto estos jerarcas han consentido. ¡A una gloria efímera aspiran, que no a la verdadera!


Mas, quien venza en esta lid, recibirá consigo lo que el Espíritu dice: 

"Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca, y en la piedra escribiré un nombre nuevo, que sólo conoce el que la recibe."


Tampoco ESTA IGLESIA se libra de la lujuria que es denunciada en la Iglesia de Tiatira, y asistimos con horror a los excesos de muchos, los cuales se dejan seducir por los ídolos mundanos y los placeres de la carne, incurriendo en escándalo.


Si bien, dice el Señor:


"Todas las Iglesias sabrán que soy yo el que penetra los pensamientos y os daré a cada uno según sus obras."

Y añade:

"En cuanto a vosotros, los demás fieles de Tiatira, todos los que no compartís esta doctrina, que no habéis conocido los secretos de Satanás -como ellos dicen- declaro que no os impongo otra carga; únicamente permaneced fieles a la fe, que tenéis hasta que yo vaya."   (Apc. 2, 24-25)

En esta Iglesia hay algunos que han oído y han creído. A estos dice Él que permanezcan en la fe que tienen hasta su venida.


Pues, los que crean lo último que Él está revelando y permanezcan fieles; se mantengan limpios, le verán venir.


La Iglesia más significativa que incide en lo que hoy se hace pasar por Iglesia, es la de Sardes. De esta dice el Señor:


" Conozco tus obras: tú pasas por vivo, pero estás muerto. Despierta y consolida lo que queda y está a punto de perecer, porque no he encontrado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate de cómo recibiste y oíste la palabra; guárdala y arrepiéntete. Porque si no despiertas, caeré sobre tí como un ladrón, sin que sepas a qué hora te voy a sorprender. Pero tienes todavía en Sardes, algunas personas que no han manchado sus vestidos, ellas caminarán conmigo con vestiduras blancas, yo no borraré jamás su nombre del libro de la vida y reconoceré su nombre delante de mi Padre y de los ángeles. El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias."
(Apc. 3, 1-8)


ESTA IGLESIA, es la que está recibiendo hoy, LAS NUEVAS del Señor, su revelación última, pero la está desestimando. No quiere creer en ello. No quiere ni escuchar lo que el Espíritu le está diciendo. Están dentro, como consagrados con autoridad, pero resisten al Espíritu Santo, porque prefieren realizar las obras humanas que ellos diseñan, y dar vía a su "razón" que no fe. 


Están dentro, los consagrados, que  destinan su servicio al pueblo, pero nada hacen fuera de lo oficial, por lo cual es vano todo intento de hablarles, darles a conocer "la revelación" o proponerles que CAMBIEN  porque ellos consideran LO QUE SUCEDE como "revelación íntima o personal" que no tiene por qué influirles, toda vez que no es considerada por el Vaticano como oficial, siendo ésta la única autoridad que obedecen.


De este modo se convierten en OBSTÁCULO a los intentos de Jesucristo, y obran así desde el primero al último. Da igual que sea Papa, cardenal, obispo, vicario, sacerdote, fraile, misionero, monja... Da igual.


ESTA IGLESIA "que pasa por viva pero está muerta", está formada por los fieles, que se configuran en torno a los "obispos" y "curas", que sólo sigue al Papa, sin querer penetrar en nada más. 

(En modo anécdotico diré los muchos intentos fallidos, en esos grupos de expresión religiosa que figuran en internet, en donde todos repiten "lo mismo", sin aportar nada nuevo, y se exceden en alabanzas a unos jerarcas o a otros, especialmente al Papa y a sus locuciones. Pero desestiman radicalmente cualquier intento por "desmentir" cosas que están  asegurando al margen de "la revelación ACTUAL" de Cristo, que  no tienen en cuenta, mientras el Papa no la considere;  o por "proponer" otro punto de vista, basado en REVELACIÓN DE CRISTO, que no tenga sello ofical, o lo garantice. 
Algunos piden dinero, sólo requieren esta colaboración, y la prefieren desde luego  a LA PALABRA. Obran como mercaderes de templo nada más.
El panorama en la red no es más alentador -aunque parezca que puede haber mayor libertad- que el que se halla en la calle o en el templo. Es decir: NO HAY CALLE POR DONDE AVANZAR. No hay ningún avance; META, ninguna. No hay VÍA DE ACCESO al ESPÍRITU. Esta es la situación.)



Pero ESTA IGLESIA, está formada además por otros muchos, que ni siquiera se agrupan, ni asisten a catequesis, sino que participan esporádicamente de los sacramentos, o tal vez ni de ellos; muchos de los cuales se declaran "no practicantes" y están bautizados, sin más. La mayoría se sumen en lo profundo de la ignorancia, sin haber leído apenas los evangelios y desconociendo en modo absoluto la Biblia. Estos están muertos en verdad.


ESTA IGLESIA habrá de resucitar. Debería resucitar, si no quiere que le suceda la sentencia que esgrime Jesucristo. 


Pero también expresa el Espíritu que en "esta Iglesia" existen personas "que no han manchado sus vestidos", pues permanecen dejándose cubrir por las enseñanzas del Señor, sin descomponerlas, ni anularlas; sin modificarlas en su pureza, y sin desecharlas, de modo que recibirán en su fe, lo último revelado sin ejercer oposición, conociendo que es el Señor quien lo dice. 


A estas, el Señor las defenderá de las acusaciones de sus enemigos, y de las persecuciones y tribulaciones que padezcan  por dar testimonio de lo que el Señor revela en este tiempo OMEGA, las defenderá delante de su Padre y de los ángeles, porque no se han avergonzado de Él  (Lc. 12, 8-12)


Existe otra Iglesia, en ESTA IGLESIA, que es arrogante, y no ama. Es la Iglesia de Laodicea. No tiene sentimientos, por cuya razón quien la compone "no es frío ni caliente, sino tibio..."  El Señor le avisa:  "Pero porque eres tibio y no eres ni frío ni caliente, te voy a vomitar de mi boca"

Estos que así se comportan, tienen estima por su "ego"; les motiva lo propio, sus logros, su fama, sus riquezas, aquello con lo que se abren camino para su propio beneficio, nada más. Utilizan a Cristo. Esgrimen su Nombre, pero no les importa. No lo defienden y en nada se vinculan a la caridad, aunque hagan alardes de ella. 


De ellos dice el Señor:


" Estás diciendo: Yo soy rico, yo me he enriquecido; a mi no me falta nada; y no sabes que eres desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro acrisolado en el fuego para enriquecerte, vestiduras blancas para vestirte y que no aparezca la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que unjas tus ojos y veas. Yo reprendo y castigo a los que amo, por tanto, sé fervoroso y arrepiéntete."   (Apc. 3, 18-29)


Estos se estiman tanto a sí mismos, que disculpan con facilidad sus errores, los justifican como razonables, o no los admiten. Son los otros los que se equivocan y los que "son culpables". Son los demás los que habrían de imitarles y aprender de ellos. Consideran todas sus ideas maravillosas; y se entregan con devoción absoluta a las "obras de su ego", porque les satisface. En realidad no buscan el honor de Dios, sino satisfacer sus afanes en sí mismos, sea valiéndose de otros y del sagrado Nombre de Jesucristo. 


Cristo los reta, les aconseja que adquieran lo que verdaderamente tiene valor, porque se halla purificado por el Fuego Santo, ya que todo lo demás no podrá salvarles; habrán de regresar a la pureza y revestirse con ella, dejando de lado las obras de la mentira; sus manipulaciones y falacias; habrán de purificarse de sus instintos carnales vergonzantes y aprender a "mirar" con ojos puros, para adquirir la fe que no tienen y han dilapidado si un día la tuvieron, quedándose ciegos.


Los escándalos de estos tiempos últimos en ESTA IGLESIA nos sitúan ante quienes así se comportan. El rechazo soberbio que algunos sostienen ante LA PRESENCIA DEL SEÑOR y ante SU PALABRA REVELADA, indica lo satisfechos que se hallan con "su hacer" con "su decir", con las obras de "su ego", surgidas de "su razón humana", que tratan de poner en Cristo, cuando sólo son falacias.


Pero ya dice el Señor "que se arrepientan" "que modifiquen su actitud errónea e interesada".


Una última Iglesia señala el Señor, la de Filadelfia. Esta es débil y carece de fuerza. Se halla  a reparo de enemigos, como describiré en el capítulo siguiente, y está situada al borde de los grandes acontecimientos que marcan el final de la historia. 


Esta Iglesia, es la que recibirá el testimonio que narro, lo "OMEGA" y esperará la "Segunda Venida del Señor", difundiéndolo y propagándolo. Por cuya razón se verá sometida a "la prueba de fe y de perseverancia" que el Señor le muestra, en voz del Espíritu:


"Conozco tus obras; tengo abierta delante de tí una puerta que nadie puede cerrar; porque a pesar de tu debilidad has guardado mi palabra y no has renegado de mi. Pongo en tus manos a los de la sinagoga de Satanás, que se dicen judíos sin serlo, los mentirosos; les haré venir a postrarse a tus pies para que sepan que te amo. Porque has guardado mi consigna de perseverancia, yo te guardaré a tí a la hora de la prueba que va a sobrevenir sobre todo  el mundo para probar a los habitantes de la tierra. Mi venida está próxima; guarda bien lo que tienes, para que nadie te quite tu corona."  (Apc. 3, 8-11)


ESTA IGLESIA, es depositaria también de aquellos que aman al Señor y le aguardan. Que aceptan la Verdad última que revela, y la sostienen, la impulsan, la guardan consigo, procurándola a los que se acercan. Son pocos, por eso también son débiles. Han de hallar acomodo entre lo oficial, que RECHAZA lo que ellos creen y esperan; por eso el Señor les encarga que litigien con "la Iglesia de Satanás", que pugna por estorbarlos, desmentirlos, ridiculizarlos y hacer pasar por "falsedad" la LUZ que liberan. 


...Porque han de saber que el Señor lucha con ellos, les asiste con su Espíritu, ya que está escrito que traerá a la Iglesia infiel a postrarse ante ellos, para que vean que el Señor los prefiere, pues LOS AMA.

Y del modo que ellos se han esforzado en guardar la doctrina última (OMEGA), y han perseverado en sus mandatos, también Él los perservará  cuando suceda "EL DESASTRE" que he venido anunciando para el fin de los incrédulos.


Han de saber, que estas cosas están ya sucediendo, pues así las estoy declarando, y ello indica que "la venida del Señor está próxima". No querer ver los signos de los tiempos, es querer permanecer "ciego" y "sin razón", porque el Señor lo avisa y lo cumple. Está escrito. Yo soy mensajera de estos acontecimientos, de modo que quien tenga oídos, oiga lo que está señalando Jesucristo, por medio de su Espíritu.


Es necesario que "la Iglesia Nueva", esta Iglesia que el Señor ama, porque guarda sus consignas y le obedece, se cuide mucho de no perder lo que el Señor deposita en sus manos y le encomienda, pues ya dice Él:


" Al vencedor le haré columna del templo de mi Dios, y no saldrá más; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios -la nueva Jerusalén, que baja del cielo de junto a mi Dios- y mi nombre nuevo."
(Apc. 3, 12)

Cristo recapitula ya sobre sí, todo cuanto ha venido a hacer. Con esta IGLESIA NUEVA, constituye el Santuario peremne, su Reino, y ya permanecerán en él, todos cuantos han entrado. Esta será la ciudad Santa, pues Dios la investirá con los atributos de la Jerusalén celeste y eterna, que existe en Él. Cristo residirá en ella, y será reconocido de NUEVO.






3


Los pecados de las siete Iglesias reseñadas se detentan en ESTA IGLESIA actual, que avisada, no quiere admitir lo que sucede, LO NUEVO y lo rechaza, sin querer contemplarlo ni creerme.

Están en ella en estos instantes, los mismos que se unieron hace dos mil años para acabar con la vida de S. Pablo, porque obran igual y se juntan para urdir y maquinar, cuando les interesa oponerse a quien les lleva "lo santo" (Hch. 23, 17-22)

...Son "los lobos feroces" que S. Pablo describe, cuando presintiendo su muerte, en modo violento, teme por el rebaño que deja a merced de los sicarios y depredadores de "lo santo" (Hch. 20, 18-38)

A los suyos les advierte:

"Cuidad de vosotros y de todo el rebaño del que el Espíritu Santo os ha constituido guardianes para apacentar a la Iglesia de Dios, que ha adquirido con su propia sangre. Yo sé que después de mi partida se introducirán entre vosotros lobos crueles, que no perdonarán al rebaño; y que de entre vosotros mismos surgirán hombres que enseñarán  doctrinas perversas, con el fin de arrastrar a los discípulos en pos de sí. Por lo cual estad alerta..."   

También en (1Tim. 4) se da el siguiente aviso escatológico, situación en la que se encontrarán los fieles de la IGLESIA NUEVA:

" El Espíritu claramente dice que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, dando oídos a espíritus seductores y enseñanzas diabólicas, inducidos por la hipocresía de impostores, cuya conciencia se halla marcada al rojo vivo, que prohiben el matrimonio y ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad, los coman y den gracias a Dios por ello. Pues todo lo que Dios ha creado es bueno y nada se debe rechazar, sino recibirlo con agradecimiento, pues la palabra de Dios y la oración todo lo hace bueno."   


Como explica el apóstol, sucede y sucederá en breve, una vez que los partidarios de Jesucristo OMEGA, difundan su voz, pues surgirán "herejes" que renegarán de LO NUEVO y antepondrán a ello falsedades y enseñanzas no procedentes del Espíritu, sino que tratan de oponerse a Él.Estos sirven de obstáculo a Jesucristo, y a los que anuncian su llegada ya próxima. Rechazan lo que Él está revelando y confundirán a muchos. 


No creen en "el matrimonio" que Cristo muestra, ni en la eucaristía NUEVA que ahora Él consagra. No reconocen la Palabra de Dios, que declara estas COSAS y las hace nuevas, como está escrito; y así rechazan la creación última de Dios, y su bondad. No se alimentan con la oración, y no contemplan que la acción última de Jesucristo, todo lo vincula a ella.


De igual modo avisa el apóstol Pedro, lo que sucederá antes de la venida del Señor: (2Ped. 2)


" Como hubo falsos profetas en el pueblo, también habrá entre vosotros falsos maestros, los cuales enseñarán doctrinas de perdición, negarán al Señor que los redimió y se buscarán una ruina fulminante. Muchos los seguirán en sus desvergüenzas, y por su causa será maldecido el camino de la verdad. Llevados de la avaricia, os explotarán con palabras llenas de falsedad..."
" El Señor sabe librar a los piadosos de la tentación y reservar a los criminales para ser castigados el día del juicio, especialmente los que siguen los deseos impuros de la carne y desprecian la autoridad del Señor. Atrevidos y arrogantes, no tienen miedo en blasfemar contra los seres gloriosos."

La consecuencia de los falsos profetas, es la banalidad, la arrogancia y el dislate del mundo, porque lejos de establecer "lo santo", ellos se corrompen y procuran corromper, contribuyendo con sus acciones a la misma destrucción que los otros hombres procuran, los que tampoco valoran a Jesucristo. 


Estamos viendo en estos tiempos ya la orientación de muchos ateos e incrédulos, al vicio y a toda clase de pecados y excesos, sea que descomponen la  vida y el tejido social;  malogran el futuro para los hijos que ellos mismos han engendrado, porque viven entregados a "sus placeres", que no al amor. Y viven sin alentar la esperanza, ya que lo que estiman es el momento presente, en el cual tratan de agotar todo recurso, sin privarse de nada. Y tampoco se orientan a meta alguna, ya que carecen de referencias válidas que no estén puestas en "sí mismos", o en los dictados de los hombres a los que siguen, o a los que llegan a temer, sin volver sus ojos hacia Dios.


De estos que ya nos rodean y llevan a los países por derroteros de injusticias y de perversión, procurando el aborto, la eutanasia, realizando ganancias injustas por medio de recursos prohibidos, que causan extorsión, daño y dan razón a todo cuanto invierte la vida según el sentido que Dios le otorga, dice S. Pedro:


" Estos son fuentes sin agua, nubes azotadas por el viento, a quienes les aguardan densas tinieblas. Con sus discursos pomposos y vacíos despiertan los deseos carnales y el desenfreno de aquellos que apenas habían logrado escapar de los que viven en el error. Les prometen la libertad, mientras ellos son esclavos de la corrupción, puesto que somos esclavos de aquel que nos ha dominado. En efecto, si después de haber escapado de la corrupción de mundo, mediante el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo se dejan de nuevo envolver y vencer por ellas, su estado final viene a ser peor que el primero"   "Se cumple en ellos la verdad de aquel dicho: "El perro vuelve a comer lo que había vomitado y La cerda lavada a revolcarse en el cieno."





Estos que causan injusticias y no tienen respeto por Dios, ni por los hombres, discurren hacia el precipicio con prisas. Las tinieblas los envolverán antes de que lleguen a darse cuenta.


Por el contrario, como el apóstol declara, digo:


"Se me ha abierto una puerta grande y prometedora para mi trabajo, aunque tengo a muchos en contra."   (1Cor. 16,9)


Verdad es que Cristo me avisa de esos que ya dan oído a lo que declaro y lo admiten, lo creen, disponiéndose a seguirlo, porque aman al Señor y desean hallarlo cuando venga.


Estos, que tienen hambre verdadera y sed de Él, serán los reformadores del TEMPLO NUEVO, los que volverán a cimentar sus pilares en el Espíritu, y renunciarán a "lo mundano", para crecer en modo espiritual, hasta trasformarse. 


Cristo espera a la Iglesia, que lo ama, lo cree y desea liberarse de las razones que los hombres tienden a ellos como cadenas, iniciando vuelo hacia el Espíritu, como era en los tiempos primeros de la Iglesia. Hombres y mujeres cuyos ojos están fijos en su Señor, el Rey del Cielo y de la Tierra, esperando su misericordia.


El salmo prosigue diciendo:


"Misericordia, Señor, misericorida, que estamos cansados de burlas; misericordia Señor, que estamos saciados de desprecios..."

Porque también estos  fieles de los últimos tiempos, defensores de Jesucristo  "OMEGA", que anuncian su llegada y la aguardan, hallarán graves dificultades y desprecios, tal y como indica (2Cor. 1,3-11) y se verán probados en "su fe" y en "su amor" al Señor, por los mismos que habitan en su  Casa, pero son incrédulos, además de los que permanecen "sin Dios" en el mundo.


Como dice el apóstol sucederá cuanto está escrito:


" Tuvimos como segura la sentencia de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucitará a los muertos. Él es quien nos libró de aquel peligro mortal y nos seguirá librando. Esperamos que lo siga haciendo en adelante con la ayuda de vuestra oración."

Los discípulos fieles a Jesús, no han de sentir temor, sino hallarse dispuestos a Él del todo, conocedores de la eficacia de su salvación, y de las oraciones que elevan su perfume hasta Dios, cuando las obras que invocan son buenas.


... Y aunque las tinieblas pugnen por arrebatarlos, y derribar sus empeños, han de hallarse seguros  de que la victoria es de Dios y del Cordero. La LUZ no será sepultada por ninguna oscuridad. (Jn. 1)



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